
En el fin del mundo en el que me encuentro, las causas perdidas ya no importan, forman un río.
Las causas perpetuas, las causas pérdidas.
En ese fin del mundo, soñar es una excepción, las pesadillas no se tienen dormido, empiezan cuando abres los ojos.
No vives carente de ilusiones, las tienes, pero convives con imposibles.
La Navidad existe pero cuando tantos te empiezan a faltar, solemos llamarla sólo Vida.
A penas llueve, solo hay un abrasador Sol que da luz, pero ninguna es como la tuya.
Odio el Sol.
En el fin del mundo hay una escalera que te lleva donde quieres, aunque siempre al revés.
Lo malo de este lugar no es tener días malos, todo el mundo los tiene, el problema está en perder el sentido de las cosas que te movían.
Aquí no hay cruz que no lleves a hombros, ni hay estigma que te salve de ella y después intenta nadar con agujeros en las manos.
En este lugar no hay a la vuelta de la esquina, todo está tan lejos… lo lejos a la vuelta de la esquina.