Un planeta no es lo único que siempre está en continuo movimiento. Nosotros también, nuestra vida se mueve y nosotros nos damos cuenta cinco movimientos después.
No siempre es bueno cuando se produce un cambio pero puede que sea necesario, puede que nos ayude a abrir los ojos. No somos imprescindibles en la vida de nadie y cuanto antes lo tengamos claro menos nos va a doler al descubrirlo.
Es mejor afrontar que cada cambio es una nueva oportunidad de resurgir y de renacer en distintos aspectos. Yo ya me dejo llevar a que cualquier río de cambios quiera llevarme. Este río me ha traído una forma nueva de valorar sobre todo a cada persona y a darle su lugar adecuado.
Pensamos que todo es para siempre y no.
Lo que es para siempre es el hecho de que nada es para siempre.
Cosas nuevas vienen a la vuelta de la esquina.